El Atlante en primera división; como te extraño mi amor

El Atlante en primera división; como te extraño mi amor

Vol 1. Edición Abril - Junio 

Índice 54. 

Por:  J. Arturo Trujillo.


Ya se cumplirá la década que el Potro lleva alejado del máximo circuito. Una afición que no merece el trato que le han dado; se ha puesto en una posición de olvido y desprecio a uno de los clubes más representativos no solo de la capital sino también del país.

Corrían los meros años revolucionarios en nuestro México y la popularidad de un deporte, que hasta ese momento solo se jugaba en clubes privados, crecía a saltos gigantes. Trinidad Martínez, precursor del fútbol llanero y conocido junto a su hermano, Refugio como los fundadores de un equipo que representa al pueblo y la clase trabajadora.

Los primeros indicios de un partido del club azulgrana se dieron a las afueras de la colonia Condesa, aunque en realidad era una vil reta. En lo que ahora es una colonia llena de glamour y completamente gentrificada, en ese entonces se juntaban una bola de cuates a disputar encuentros meramente por el deseo de jugar al fútbol.

“AL ATLANTE YO LO SIGO A DÓNDE VAYA”

El Equipo del Pueblo tuvo su época dorada varias décadas atrás, específicamente en la de los 30’s donde hubo una mágica unión con la afición; jugadores como los goleadores, Juan Trompo Carreño, Martín Ventolra y Horacio Cesarín forjaron una gran carrera dentro del club para que en la temporada 1931-1932 llegara la primera estrella. Este último fue un completo ídolo en los primeros años federados de nuestro fútbol llegando a ser el máximo anotador de nuestra liga.

Entre 1931 y 1951 el conjunto llegó a un total de nueve finales del fútbol mexicano, logrando alzar el trofeo de liga en tres ocasiones, mientras que la vitrina de copa se estrenó en la 1941-1942 y una década después conseguiría par de títulos al hilo para completar los tres trofeos de Copa México que tiene el Atlante (1950-1951 y 1951-1952).

El actual máximo goleador en la historia de la liga es Evanivaldo Castro Silva o mejor conocido como Cabinho, solo con los azulgranas logró tres de sus ocho títulos de goleo; estos tres, consecutivos. Anotó un total de 108 tantos en los 134 partidos oficiales que disputó. El club llevó a la estrella del momento a vestir sus colores. Así de importante fue y así de imponente se sentía la camiseta. Aquella transacción fue un golpe de autoridad sobre la mesa.

“JAMÁS PENSÉ QUE SERÍA LA ÚLTIMA VEZ QUE LOS VERÍA EN PRIMERA DIVISIÓN”

De la mano de un viejo conocido como el ex arquero del club, Ricardo Lavolpe, llegó el cuarto título; figuras como Miguel el Piojo Herrera, Félix Hernández, Raúl el Potro Gutiérrez, Wilson Graniolatti y José Guadalupe el Profe Cruz dieron una alegría a miles de aficionados que habían vivido una época de intrascendencia que no hacía justicia a una escuadra tan pasional.

Yo les puedo contar lo bueno que fue el Chamagol o Federico Villar. Yo les puedo contar como se llevaron una tradición hacia Cancún para hacerlo negocio. El Profe Cruz tenía en su baraja una serie de jugadores experimentados combinados con jóvenes mexicanos con un potencial enorme. Javier Muñoz Mustafa y Clemente Ovalle en la saga defensiva; delante de ellos David Toledo, Christian el Hobbit Bermúdez y el José Daniel el Chepe Guerrero.

Si no recuerdas a Giancarlo Maldonado, ve y pregúntale a un aficionado de los Pumas a ver si él te puede ayudar. Esa campaña del Apertura 2007, el venezolano le anotó gol al América en el triunfo de la jornada 15, al Cruz Azul en cuartos de final, a las Chivas en semifinales y a los Pumas en la final. Uno de esos jugadores inolvidables, posiblemente el último gran recuerdo del Atlante en primera división. En menos de 6 semanas le anotó a los denominados cuatro grandes.

Hoy la triste realidad es otra.  Tras su cuarto y último descenso en el Clausura 2014, los Azulgranas han visto el fútbol de la máxima categoría desde su sofá. Una sarta de decisiones girando en torno al negocio de este deporte han dejado desde entonces al equipo ahí, en una obscura Liga de Expansión. Desde 2020 regresaron a lo que siempre fue su casa, el Estadio Ciudad de los Deportes, dónde cada juego de local ves a la banda fiel a sus colores y alentando a más no poder a su verdadero amor.
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